¿Cuánto vale una vida?

Hace un mes o cosa así, se desplegó todo un dispositivo humano, tecnológico y político para salvar la vida de un montañista español herido y atrapado en una montaña del himalaya, a más de 7000 metros. Según creo recordar, llevaba varios días en esa situación, con un frío intenso y los víveres escaseándole cada vez más. Rápidamente, el ministerio de exteriores, un equipo de salvamento español y otro del otro país, pusieron en marcha el rescate. No escatimaron en medios: aviones para transportar al equipo de salvamento español, hotel para los mismos, para el delegado español, helicópteros para acercar lo más posible a los rescatadores y así una larga lista de medios a su alcance. También hay que contar el despliegue de medios de comunicación para comunicar la noticia: enviados especiales de todas las cadenas, cámaras, hoteles y demás para su alojamiento...en general una amplia cobertura. La noticia lo merece. No quiero echar cuentas de todo el dinero que la noticia movió. Pero tienen que ser muchos miles de euros, muchos...Finalmente, la expedicion de rescate se dio por concluida por riesgo para la vida de los rescatadores, y al montañista atrapado se le dio por muerto. Desde aquí mis más sinceros respetos por la muerte del montañista. Pero en otra parte del mundo, están muriendo millones de personas de HAMBRE, que con ese dinero se podría salvar no una, sino muchas más. Así que yo me pregunto: ¿Cuánto cuesta una vida? ¿Vale más la vida de una persona que la de otra? A la vista está que una vida es más importante que la de muchas, para desplegar semenjante dispositivo informativo, político y humano. A la mente también me viene el ejemplo del reportero coreano que fue secuestrado en Irak, y que entre lágrimas decía "My life is important", implorando que le salvaran de una muerte segura. Pero no lo hicieron. Y me pregunto: ¿Y si en lugar de un reportero, hubiese sido el presidente de Corea? ¿Le hubieran salvado? Seguro que sí. Así que ¿quién coño ha establecido esta balanza? Porque la verdad, estás más que mal calibrada. Y son sólo dos ejemplos.