18 mar 2009

Sólo es un sueño (parte 3)

-"Significa que esto no es un disfraz cariño, voy a ingresar en el seminario de Badajoz. Por favor, firma los papeles del divorcio para que pueda ordenarme como sacerdote"
- "Pero.....¿Qué dices? Antonio por favor si esto es una broma para ya que me estás matando"
-"Papá, no tiene gracia"- dije
- "No bromearía con algo así hijo mío. Hace tiempo que sentí la llamada del Señor, debo servirle, así como debo servir a toda la comunidad. Es para lo que he nacido. Y sé que ya no soy jóven, que me quedan pocos años para jubilarme y empezar a disfrutar realmente de la vida. Créeme, todo eso ya lo he pensado, he estado dándole vueltas a la cabeza mucho tiempo. Y sé que no seré plenamente feliz sin servir al Señor".

Las lágrimas resbalaban lentamente en las mejillas de todos nosotros, salvo de gay, que más bien aparentaba una sonrisa de orgullo hacia mi padre, pero muy falsa. Detestaba que en ese momento tan importante en mi vida estuviera ahí una persona tan odiosa.
Mi hermana lloraba sin parar, la cara totalmente enrojecida, mi madre, inmóvil, negaba con la cabeza, no podía creer que aquello estuviera pasando, había envejecido 10 años en tan sólo unos segundos. Mi tía no podía comprender lo que sucedía en aquel patio, su cuerpo vacilaba sobre si seguir en el lugar o sobre si marcharse, lo cual podría aprovechar para estar un rato a solas con gay. Finalmente permaneció inmóvil, sin aportar nada.
- "Lo siento querida familia, mientras estabais aquí reunidos que recogido mis cosas. Don Pedro me ayudará en el traslado. No le juzguéis, él no ha tenido nada que ver. Ha sido una decisión exclusivamente mía. Sé que esto es increíble, que no lo esperabais nadie, y más con mi poca costumbre de asistir a misa. Pero todo tiene su explicación. Desde que nació Antoñito he escrito un diario sin que nadie lo supiera. Os he dejado una copia completa en mi mesita de noche. Espero que con él resuelva todas las dudas que ahora os asaltan"


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